La tragedia estalló en la granja del agrario británico Derek Mead. El hombre fue víctima de su propio descuido y acciones inconscientes de su querido perro.
"Derek arrancó su auto y salió de la cabina para cerrar la puerta que conduce al patio", dicen los amigos del difunto. "Mientras tanto, en la cabina estaba el perro de Derek. Ella presionó la palanca de gasolina en el auto".
La indiscreción del perro costó la vida al granjero: el camión se dirigió directamente a Mead y lo apretó entre el capó y las puertas metálicas. Las lesiones fueron duras e incompatibles con la vida.
El cuerpo de Derek fue descubierto por su propio hijo. Llamó a los médicos, pero devolverle la vida a Mead ya no era posible. En la cabina del camión los médicos y el hijo del difunto encontraron al perro. Después de una breve investigación, los representantes de la Oficina de Salud y Seguridad del Reino Unido emitieron un veredicto: el agricultor murió como resultado de las acciones de su perro.